Conferencia sobre sus historietas realizó Juan Acevedo en la Alianza Francesa de Trujillo.(Luis Cabrera – Intermedia Trujillo)
Uno de los invitados más esperados dentro del Primer Festival del Comic en Trujillo de la Alianza Francesa (que recién culminará el 31 de marzo), es sin duda Juan Acevedo, el creador del entrañable Cuy que muchos hemos leído y seguido de cerca en el suplemento “No” de la revista “Si” en su lucha contra el tirano Videchet.
Y vaya que no se hizo esperar. Llegó fresco, siempre el mismo flaco y lleno de esa chispa que siempre lo ha caracterizado, según hemos leído. Qué bueno que así sea, pues no podríamos imaginar a un caricaturista y dibujante que tanto nos ha hecho reír que de pronto al conocerlo nos haga llorar. Sería una terrible ironía.
“Mis historietas y mis viñetas de humor gráfico” se denomina la charla que dio esta noche en la Mediateca de la AF. Y lo hizo apoyado con proyecciones en Power Point donde mostraba las historietas que pudo conocer, desde las más antiguas hasta las que apoyó de alguna manera con sus talleres en México y Colombia.
He llegado tarde a la conferencia y veo que Juan Acevedo tiene proyectada una secuencia de dibujos mochicas, le hago un par de flashes antes de sentarme en una cómoda butaca para no perderme sus palabras.
Escucho muy atento –y los demás amigos presentes igual- como Acevedo, cuyo nombre completo es Juan Demetrio Acevedo Fernández de Paredes (nacido en Lima, 26 de noviembre de 1949), explica como nuestros antepasados, los Mochicas, habían elaborado una historieta en sus cerámicas.
Nos muestra –en el dibujo ya desglosado que se lee de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda- como unos frijoles se van convirtiendo en humanos, le van creciendo manos y piernas, y el mensaje –que Juan no se atreve a llamar lenguaje- sale en forma de más frijoles que circundan a las figuras.
¡Qué alucinante!, pienso con orgullo, los Mochicas ya la hicieron. Luego nos muestra lo que serían los primeros “globos”, pues se ve como unas volutas que salen de la boca de los personajes muchiks.
Luego nos muestra historietas muy chéveres hechas por los alumnos de sus talleres. Y me quedo con una hecha en un pueblito México, donde el alumno ironiza en el dibujo a su profesor y pone en la tinta cada una de las expresiones que había tenido Acevedo durante la clase. Al final, remata su tira con la palabra fin y al Cuy sobre esos escombros. Muy buena.
No pude hacerle la entrevista, pero sí logré arrancarle una foto. Para otra vez será la conversa, pues ya lo dejaba el vuelo. Juan Acevedo, como el Cuy, no podía estarse quieto. Tenía que seguir en movimiento y bueno Trujillo ya lo tenía dos días. Hasta la próxima Juan y ya estaremos buscando tus colecciones antes de que terminen de agotarse.
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